lunes, 8 de marzo de 2010

'Próximo Presidente debe jugársela por la economía', dijo el ex ministro de Hacienda, Guillermo Perry


Dice que al Gobierno que viene le queda mucho por hacer en la economía. "Es necesario asegurar sostenibilidad financiera pública y arreglar despelote tributario que se hereda de esta administración".

El ex ministro de Hacienda, Guillermo Perry, reconoce los avances del gobierno de Álvaro Uribe en Seguridad Democrática y en la reducción del costo de hacer negocios en Colombia, pero asegura que en la economía quedan muchas cosas pendientes.

El ex funcionario respondió unas preguntas a PORTAFOLIO, sobre la coyuntura económica y lo que viene para el país.

¿Cómo ha visto a la economía colombiana en los últimos meses?

Apenas comienza la recuperación y todo indica que será lenta. Veo, como otros analistas, un crecimiento modesto, entre 2 y 2,5 por ciento, en el 2010, lo cual es muy flojo viniendo de un año bastante malo, en el que la economía no creció y la industria se contrajo 5 por ciento

¿Cómo se compara a Colombia con el resto de América Latina?

A Colombia le fue ligeramente mejor que al promedio de A. Latina el 2009, en parte porque nuestros términos de intercambio cayeron menos que en otros países. El promedio regional (-2 por ciento) estuvo muy afectado por México, que se contrajo más de 7 por ciento por su alto grado de integración con la industria gringa, y que pesa mucho dado su tamaño.

Le fue también peor a Argentina, Venezuela y Ecuador, porque quedaron sin acceso al mercado internacional de capitales, como consecuencia de sus malas políticas anteriores. También le fue mal a Chile, ya que es la economía más abierta de A. Latina y el precio del cobre cayó mucho. Pero nos fue mejor que a nosotros, a Brasil, Perú, Panamá, Costa Rica y varios otros.

En cambio, en el 2010 se espera que nos vaya peor que al promedio regional, que crecerá alrededor de 3,5 por ciento.

¿Por qué cree que nos ira peor?

Hay tres razones por las que nos va a ir menos bien que al promedio de A.L. Primero, por la caída de exportaciones a Venezuela (más del 70 por ciento). Ojalá sea cierto que Chávez está dispuesto a echar marcha atrás en su agresión comercial contra Colombia.

Segundo, por la rigidez de nuestro mercado laboral: tenemos las tasas más altas de desempleo e informalidad entre los países grandes de la región, gracias a que gravamos mucho el empleo formal (parafiscales y compañía) y tenemos un salario mínimo muy alto en comparación con el salario medio.

Tercero, por que este año no habrá política fiscal contracíclica, porque el Gobierno se gastó todo el boom cuando no tocaba.

¿Qué desafíos enfrenta ahora Colombia?

Arreglar el lío de la salud, dejar de castigar la generación de empleo formal, superar el atraso en infraestructura vial que se agudizó mucho en los últimos seis años, seguir mejorando la educación y reducir el costo de hacer negocios en Colombia (en lo que también avanzó). Y, en lo fiscal, recuperar un manejo más tecnocrático del gasto público, asegurar la sostenibilidad financiera del Gobierno y arreglar el despelote tributario que se hereda de esta administración. ¡Una señora agenda!

¿Qué debería hacer el Gobierno para entregarle la casa en orden a su sucesor?

Ya se le hizo tarde para eso. Diría que, cuando menos, evite seguirla desordenando.

¿Cómo mantener la confianza inversionista, si es necesaria una nueva reforma tributaria?

La confianza inversionista depende de que haya reglas amables y estables para todos y no beneficios tributarios y seguridad jurídica para unos pocos.

En 1994 y 1995, cuando fui Ministro de Hacienda, tuvimos tasas altísimas de inversión privada extranjera y nacional (superiores al 25 por ciento del PIB) sin estar regalando beneficios tributarios.

Ese boom venía, justo es decirlo, desde finales de la administración Gaviria. Sin embargo, unos inversionistas nacionales amenazaron con que, o les dábamos unas exenciones tributarias o hacían sus nuevas inversiones en Venezuela en donde no tenían que pagar impuestos. Se fueron para allá y ¿adivine cómo les acabó yendo?

¿Ve necesarios más esfuerzos fiscales en seguridad?

Creo que es necesario mantener el esfuerzo. Pero no debe seguirse financiado con impuestos al patrimonio empresarial, lo que desincentiva la inversión y la capitalización de nuestras empresas, sino con un impuesto de base amplia al patrimonio de las personas naturales, que no tendría esos efectos negativos y que le daría progresividad a nuestro sistema tributario.

¿Cómo manejarla?

La revolución minera comenzó en el gobierno de Alfonso López: gracias a la visión y las políticas de esa Administración volvimos a ser exportadores netos de petróleo e iniciamos el camino de convertirnos en una potencia carbonífera. Estamos ahora entrando en un segundo auge.

Hay dos cosas claves para aprovecharlo bien. Necesitamos adoptar una regla fiscal contracíclica, como Chile. No nos puede volver a pasar lo que sucedió esta vez: el Gobierno se gastó todos los recursos excepcionales del auge y más (hasta los que las administraciones anteriores habíamos ahorrado en el Fondo de Estabilización Petrolera), causando una fuerte revaluación que perjudicó a las exportaciones manufactureras, agrícolas y de servicios, y que generó presiones inflacionarias, hasta el punto de que obligó al Banco de la República a subir mucho las tasas de interés entre el 2006 y el 2008. Luego, cuando vino la destorcida y había que hacer política fiscal expansiva el Gobierno no tuvo con qué.

Pero además, tenemos que invertir bien los recursos fiscales generados por el petróleo y la minería. Necesitamos recuperar el manejo tecnocrático de la inversión pública y revisar las normas constitucionales y legales sobre regalías: muchos departamentos y municipios las desperdician en una forma que da grima. En nuestras manos está que la bonanza minero-energética sea una bendición o una maldición.

Consejos para el nuevo Gobierno

Al próximo Presidente yo le daría todos los anteriores consejos y otros cuantos. Pero la verdad sea dicha, me parece que los candidatos más opcionados (Juan Manuel Santos, Sergio Fajardo, Noemí Sanín, Rafael Pardo y Germán Vargas Lleras) saben muy bien lo que hay que hacer.

La cuestión para el próximo Presidente es qué tanto está dispuesto a jugársela para hacer lo que toca.

El presidente Álvaro Uribe se la jugó en el área de seguridad y avanzamos mucho. Pero no se la quiso jugar en el área económica y social y por eso queda tanto por hacer.

¿Es optimista sobre el futuro de la economía?

Me gusta el optimismo realista en la economía y el realismo mágico en la literatura.

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