jueves, 30 de abril de 2009

REFLEXION

La felicidad

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Que difícil y complejo resulta para nosotros encontrar la anhelada felicidad, la tranquilidad al fin, ese estado que necesitamos los seres humanos y que depende tanto de nuestra actitud, de nuestra propia manera de ver la vida, del cristal con que la vemos…


Del prisma con el que la miramos, del sitio desde donde nos ubicamos, ¿recuerdan la historia del vaso medio vacío y el vaso medio lleno?, en cierta oportunidad, alguien coloca un vaso con agua hasta la mitad y pregunta a dos personas, una optimista y una pesimista ¿qué ven? El pesimista dice: ¡Un vaso medio vacío! Mientras que el optimista exclama: ¡Un vaso medio lleno!
Allí vemos como de una misma situación en un mismo momento sé pueden sacar dos conclusiones diametralmente opuestas ¿la diferencia? ¡Sólo la actitud! Al igual que para una buena y bella fotografía debemos encontrar el ángulo preciso, en nuestra vida pasa lo mismo, ese sitio en el que está ubicado nuestro bienestar en el plano tiempo y espacio, porque al igual que las manos que tejen, que el orfebre que talla, nuestra misión es ir labrando, tejiendo, tallando…
Sólo que debemos convertirnos en orfebres de sentimientos, talladores de almas, unas veces de nuestro propio ser y otras tantas de las almas de nuestros familiares, amigos o seres queridos, seguros estamos que hallaremos en esa búsqueda piedras irreductibles, que no son otra cosa que esas personas que por mucho que el creador les exija, les empuje con hechos, con señales divinas, a que depongan esas conductas muchas veces auto destructivo, se dejan llevar por sentimientos malsanos como el orgullo o la soberbia, que pueden llegar a cegarlos como simples mortales de carne y hueso que son para no dejar que vean el inmenso espectáculo de luces y colores, la gama completa con todos sus matices.


En algún momento de la existencia tendrían que darse cuenta de los errores cometidos y sencillamente con exhalar un suspiro y gritar al firmamento ¡sí! ¡Me equivoqué! Tendrían ganado un lugar en la silla de los buenos en la de los justos.

Hay que mirar más allá de lo que nuestros ojos ven y mantener la línea del pensamiento abierta, flexible, permeable, lo que no vemos hoy, se verá mañana, no debemos dejarnos arrastrar por el pesimismo, la pereza o quizás la misma comodidad que nos puede hacer perder ese norte, que no es otra cosa que la felicidad, no sabemos si plena pero al menos con un ápice de esta llegaremos al puerto seguro de la ganancia sentimental…
Así que no desmayemos la felicidad es sólo una cuestión de actitud, busquemos esa senda, sigamos ese haz de luz que nos encandila, no cerremos los ojos mirémosle de frente, caminemos la ruta que nos traza el creador, no entorpezcamos su trabajo, a fin de cuentas ese es su trabajo hacernos felices, que en nada tiene que ver con lujos ni alhajas, sólo es ese estado de paz interna en el que podremos vernos al espejo y decir: en este corazón y en nuestra vida ¡todo es ganancia!

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